17 de octubre de 2010

El hombre adora el caos y la destrucción

Supongo que pasarla bien o no depende de cada uno. Podemos seguir o bajarnos. Podemos estar sanos o pudrirnos por dentro. Pero qué es pudrirse?  Es pudrirse la palabra adecuada? O darle un poco de emoción a la vida? Necesitamos sufrir para sentirnos vivos?
Sin duda alguna se trata pulsión de vida. Y no pulsión de muerte, no principio de muerte, no "dos y dos son cuatro". Y al final el hombre del subsuelo tenia razón... andamos por ahi pretendiendo que buscamos el "dos y dos son cuatro" pero en realidad adoramos el caos y la destrucción, nos quedamos en el lugar mas turbio y si podemos nos metemos mas y mas para que nos cueste salir, para tardar más en encontrar la salida si alguna vez la buscamos. Porque aunque cantemos fuerte "ya fue, yo me bajo de este tren" no nos bajamos en ninguna estación. Seguimos y seguimos.
Aunque sepamos que no nos lleva a ningun lado o que choca contra una pared, sentimos un placer morboso en sabernos en ese peligro. Placer en el dolor. (Freud dijo eso?)

"El hombre adora el caos y la destrucción" La destrucción propia diría yo. Adoramos la destrucción propia. Y esto lo puedo asegurar, porque si podemos tener a alguien que nos ama, nos cuida y nos da todo sin pedirlo, nos conoce y nos quiere tal cual somos, con el que podemos ser nosotros mismos; nosotros elegimos, queremos un imposible, nos enamoramos de un "nena, nunca te voy a dar lo que me pides."
Y por qué? Por qué?
Y nos pasa eso, a las personas nos pasa eso... nos pasa a menudo. Hacemos eso para encontrar el dolor. Así somos.
XI
- Yo soy ardiente, yo soy morena,
yo soy el símbolo de la pasión;
de ansia de goces mi alma está llena;
¿a mí me buscas? -No es a ti; no

- Mi frente es pálida; mis trenzas de oro
puedo brindarte dichas sin fin;
yo de ternura guardo un tesoro;
¿a mí me llamas? -No; no es a ti.

- Yo soy un sueño, un imposible,
vano fantasma de niebla y luz;
soy incorpórea, soy intangible;
no puedo amarte. -¡Oh, ven; ven tú! (1)
Aunque supongo que hago todo este planteo porque me pudro de sufrir. O, en realidad, todo lo contrario, porque este dolor me da tanto placer que necesito remover la herida! Y si no hay herida provocarla.
Si! Me encanta, me encanta provocarme heridas.
Ciertamente el hombre parece empeñado en alcanzar ese "dos y dos son cuatro", cruza océanos, arriesga su vida..., pero os aseguro que en el fondo teme encontrarlo, porque cuando de con él, ya no tendrá nada que hacer. (2)
Todo esto suena bastante desalentador. ¿Quiere decir que estamos condenados al sufrimiento para sentir placer? Que irónico suena sufrir para sentir placer, y más si asociamos placer a felicidad. Sufrir para ser felices? Un extremo demasiado absurdo. Terminemoslo acá.
No lo creo, no creo que sea la única forma de sentir placer.
Será cuestión de aprender a alejarnos un poco de nuestro masoquismo. Me suena una tarea inconsciente un tanto difícil, todo un desafío. Por suerte también me atraen los desafíos...

(1) Gustavo Adolfo Bécquer, Rimas y leyendas
(2) Fiodor Dostoievski, Memorias del subsuelo

1 comentario:

Lolo Croci dijo...

¿que es mejor?
vivir para sufrir o sufrir para vivir...
Vivimos "rodeando", y en rodeo se produce el goce...
Mi idea: no dejar de buscar...