11 de febrero de 2014

100% de humedad

Le escribo para decirle que estoy en camino.
15 minutos después, suena mi celular, y veo su numero en la pantalla. Atiendo.
Su voz es suave, casi amorosa. La siento como un mimo. Siento algo en el estómago cuando dice "Hola Andy". Es relajada. Le explico que venía en colectivo, que estoy a unas cuadras.

Doblo la esquina hacia la cuadra de su casa y veo en su puerta una figura muy delgada, bastante mas alta que yo esperandome. Nos saludamos con un beso, esta vez no hubo abrazo.

La charla previa a que llegue la pizza es amistosa y descontracturada. Como si hubiera una confianza de larga data. Sin embargo no podía dejar de sentirme extraña de estar en su casa, sin el resto de nuestros amigos.
Me cuenta y hablamos sobre alguien que le gusta.

Comimos la pizza viendo una película. La película que me había invitado a ver. Su película favorita: Vanilla Sky. Me encantó. Vemos otra. Antes vamos a buscar su colchón de dos plazas para tirarnos en él. Dijo que así es más cómodo.
Afuera llueve copiosamente. Es un placer escuchar la lluvia y yo no quiero que termine ese momento. Le pregunto si puedo quedarme a dormir. Claro.
En mi mente no hay nada más que la película, la lluvia, y el estar ahí. De repente, estoy entregada en el "aquí y ahora".
Termina la última película y me propone algo que no recuerdo. Yo quería jugar en la Play. Nos hicimos chistes tontos hasta casi las 4 de la madrugada. Al final se durmió.
Y yo también.

A la mañana siguiente, hablamos mucho. Amagué varias veces con irme, pero la conversación me mantuvo allí cada vez. Le conté mucho. Me preguntó al pasar qué tipo de relación buscaba, qué buscaba en una pareja. No le respondí. Me la pasé hablando de amores viejos y contando anécdotas de mis viajes. De a ratos me parecía que se esforzaba mucho en decir lo que pensaba que yo quería escuchar. Lastima que no funciona así.
Nos levantamos de la cama a las 2 de la tarde. Pero no hubo mas que charla.

Cuando me fui, me sentí extraña. El cielo estaba despejado, el sol calentaba tanto que todas las gotas de la lluvia de la noche anterior colmaban la atmósfera. El clima también incomodaba.
Todavía lo pienso y no logro descubrir qué fue eso. Me siento incomoda cuando recuerdo el encuentro. Quiero comprender. Quedaron cosas latentes, que no se dijeron, que yo no me animé a decir, y en algunos casos ni pensar. Había una tensión que no logro categorizar.
Eso lo hace incómodo, dentro de la comodidad.

To be continued...

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